Sunday, December 18, 2005

Ernst von Dombrowski

ERNST VON DOMBROWSKI, el artista de la madera


Si algo nos cautiva de las obras de este artista que presentamos en este número, es la facilidad que tiene para cautivar al espectador de una sola mirada. Sus sugestivos y sugerentes cuadros, escenas simples, sencillas, emotivas, sus evocadoras figuras y sus planteamientos escénicos, hacen que al contemplarlo, nos surja un ¡oh! interior que emana de la belleza en su estado puro.
Dombrowski trabajó el grabado en madera como pocas lo hicieron, al menos con tal maestría. Hizo más de 2.000 obras, y pese al corto margen de identidad que tiene tal genero artístico, marcó con fuerza y con un sello propio, todas sus obras.
Nacido un 12 de septiembre de 1896 en Emmersdorf an der Donau, en Austria, von Dombrowski iba a tener una infancia muy especial, dada la naturaleza de su padre, escritor de novelas, de cuentos, poesías y demás géneros de la literatura. De este ambiente familiar, surgirán más tarde cuadros e imágenes que pergeñarán las primeras obras de nuestro artista.
Por razones de salud del padre, se vieron obligados a varios traslados, desde la lejana Bohemia, el este de Europa, hasta parar a Austria, siempre en esa franja geográfica. El joven Dombrowski se mueve, pues, en diferentes latitudes territoriales y regionales; estudiará enseguida arte en Graz, luego en Vena, aunque su juventud estará marcada por las tierras de Estiria.
Con apenas 18 años se enrola en la guerra europea y combatirá en los frentes polaco y ruso, sin mayores contratiempos. En 1924 se instala en Graz donde se casará. Anteriormente hizo un intento fallido de quedarse en Berlín, donde incluso montó su taller artístico, pero su tierra natal le atrajo seductoramente.
Sus primeros pasos en el mundo del arte recorrerán todos los géneros habidos, destacando en sus pinturas y dibujos para ilustrar cuentos infantiles, así como para narraciones históricas o de aventuras. También destacaría en sus dibujos de desnudos femeninos. Pero con su pluma y su lápiz diseñaría asimismo escenas políticas, costumbristas, paisajísticas, obras clásicas, en fin, toda la gama normal que recorre todo artista que busca un camino, su camino, para personalizarse.
Su hora le llega en 1934, cuando finalmente encuentra la vía artística que siempre había soñado, donde se encontrará más a gusto, y que le permitirá trabajar y crear con su marca propia: el grabado en madera. Con ciertas influencias expresionistas, Dombrowski se presentará a diferentes concursos, y empezará a darse a conocer. De 1935 a 1938 creará una serie de personajes históricos masculinos, bajo el título de "Bildnisse deutscher Männer", 14 grabados en madera con, entre otros, los retratos de Walther von der Vogelweide, Kant, Ulrich von Hutten, Enrique I (adquirida por el Jefe del Estado), Götz von Berlichingen, etc... Será su primera obra, o serie, realmente popular y que le valdrá la estima de público y crítica.
A partir de entonces le lloverán las ofertas y los encargos. Colaborará en diversas revistas y semanarios, ilustrando todo tipo de cosas. En 1938 será nombrado profesor y director de una de las clases de artes gráficas en la Academia de Artes aplicadas de Munich. Es responsable de los servicios culturales del Partido alemán de aquella época en Estiria.
Sus exposiciones van en aumento, y sus obras se venden rápidamente. Empieza su proyección europea. Pero la guerra trunca en cierta manera esa fulgurante carrera, siendo movilizado en 1941 como oficial en el frente del este. Aún así, hace una gran exposición de sus obras en la "Junge Kunst im Deutschen Reich" en Vena en 1943, con un éxito total y absoluto.
Desgraciadamente para el arte, ese mismo año de 1943, su taller es bombardeado y totalmente destruido por los bombarderos aliados. En 1944 publica un libro de ilustraciones, el último en ese periodo bélico, bajo el título "Herzhafter Soldatenkalender" (Calendario de los bravos soldados) cuya edición será prácticamente destruida en otro bombardeo sobre Frankfurt en 1945.
En 1945, acabada la guerra, es detenido por los americanos y es internado durante dos años en un campo de concentración cerca de Salzburg.
Rehace en parte su vida en 1948 instalándose en la Alta Baviera, en Siegsdorf, donde se construirá una casa. Prosigue, a sus 54 años su labor de diseñador e ilustrador, preferentemente para libros infantiles. A partir de 1951 colabora asiduamente en ilustrar varios calendarios anuales, el "Herzhafter Hauskalender", el "Unsere Kinder", y el "Freundesgabe".
En los 50, a finales, llegan los primeros reconocimientos y premios post‑bélicos, recibiendo la Medalla "Erzherzog Johann" en 1959 y la "Wappenadler" de la ciudad de Krems. En 1971 recibe el premio Rosegger.
En los 70 y los 80 expone en varias salas, y sigue cosechando premios. El mismo instaura uno, en 1982, a modo de Fundación, para los nuevos artistas en Estiria. Al año siguiente, en 1983, se hace una enorme exposición en Salzburg, con más de 200 grabados y 140 dibujos, y ese mismo año se le concede, por parte del gobierno austriaco, la Gran Cruz al Mérito de la República Austriaca.
A partir de ahí, y hasta el final de sus días, recogerá premio tras premio, menciones honoríficas, y múltiples distinciones, siendo dignificado y consagrado como uno de los mayores artistas austriacos del siglo. Su mayor orgullo, el haber sido nombrado ciudadano de honor de Siegsdorf.
Muere el artista en 1985 en esta población, su obra fue legada a la ciudad de Graz y a la fundación del Heimatmuseum de Traunstein.
El nonagenario artista nos ha dejado una inmensa obra de una calidad extraordinaria. Muchos de sus grabados diríase que son transplantes de la obra de Caspar David Friedrich pero en grabados de madera. Sus árboles, sus cielos, su naturaleza, sus paisajes desoladores, sugieren muchas cosas, y el romanticismo planea siempre entre sus dibujos. Pero al mismo tiempo, los rostros que nos traza Dombrowski traspasan la madera para llevarnos más allá del tiempo real, para enmarcarnos en la época antigua.
Como siempre, un artista reconocido (en su país), pero desconocido para el resto del mundo. Pero de nuevo nos remitimos a la frase del inmortal Gracián, que decía que si este no es su siglo, otro mismo año se le concede, por parte del gobierno austriaco, la Gran Cruz al Mérito de la República Austriaca.
A partir de ahí, y hasta el final de sus días, recogerá premio tras premio, menciones honoríficas, y múltiples distinciones, siendo dignificado y consagrado como uno de los mayores artistas austriacos del siglo. Su mayor orgullo, el haber sido nombrado ciudadano de honor de Siegsdorf. Muere el artista en 1985 en esta población, su obra fue legada a la ciudad de Graz y a la fundación del Heimatmuseum de Traunstein.


(Extraído de El barco vikingo, revista de arte, tradición y cultura)

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